29 ene 2021

Cuando EEUU estuvo a punto de derribar un avión español

De 1980 a 1988, tuvo lugar una guerra entre el Irán de Jomeini y el Irak de Hussein. Un mes antes de que esta guerra acabara, el 3 de julio de 1988, un misil lanzado desde el crucero USS Vincennes derribó un Airbus 300 de Iran Air que cubría la ruta Teherán - Bandar Abbas - Dubai. El Airbus se estrelló contra el mar, en aguas territoriales iraníes, matando a sus 290 ocupantes. 

 


Estados Unidos había mandado a su flota a evitar el bloqueo del Golfo Pérsico, que ejercía Irán para evitar la salida de barcos petroleros iraquíes. La misma mañana del accidente, el Vincennes había intercambiado fuego con cañoneras iraníes. La situación estaba ya tensa. Además, el Airbus despegó de Bandar Abbas, aeropuerto civil-militar donde Irán tenía a sus F-14 (con misiles para hundir barcos a 16 km de distancia). El piloto del Airbus no fue advertido de la tensión ese día en la zona, ni tampoco recibió los varios avisos que hicieron los americanos.

Pues un año después, el 30 de octubre de 1989, un suceso similar estuvo a punto de ocurrir, a solo 90 kilómetros de Málaga. Ese día, el vuelo de la tarde entre Melilla y Málaga (operado por un Fokker 27 de Aviaco), fue detectado por el radar de una fragata estadounidense, que navegaba por el mar de Alborán. La fragata solicitó al Fokker, que volaba a 8000 pies, que se identificara. ¿El problema? La fragata operaba en una frecuencia militar (243.0 UHF), y el avión es una frecuencia civil (121.5 VHF).


 

El piloto continuaba su ruta sin recibir ningún aviso, mientras los mensajes de la fragata iban subiendo de tono, pidiendo al Fokker que ascendiera a 10000 pies y variara su rumbo. Fue entonces cuando los controladores de Málaga recibieron los mensajes de la fragata, avisando a los estadounidenses que se trataba de un avión civil español que volaba aguas españolas, y reprochando su actitud. 

Afortunadamente la cosa no fue a mayores, aunque tres años después, el 29 de enero de 1992, un suceso similar volvió a ocurrer, a otro Fokker 27 de Aviaco que cubría la misma ruta. Dos cazas británicos identificaron a la aeronave de pasajeros, haciendo varias pasadas a bastante cercanía, provocando el malestar de los pilotos de Aviaco.

 Ambos sucesos acabaron sin más consecuencias que un informe, y una queja formal a autoridades estadounidenses y británicas.

 

 

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