El pasado viernes 2 de julio, un Boeing 737-200 de carga de la compañía Transair se vió obligado a amerizar frente a la costa sur de la isla de Oahu (Hawaii), después de reportar problemas en los motores tras despegar de Honolulu minutos antes. El avión intentó regresar al aeropuerto, quedándose sin potencia a pocas millas de la costa, y viéndose los dos tripulantes (que fueron rescatados después) obligados a tomar esa decisión.
El domingo 4, un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Filipina se estrelló en la isla de Joló con 96 ocupantes, cuando transportaba tropas. El avión intentó aterrizar, pero abortó la maniobra, sin poder recuperar el vuelo. Varios soldados saltaron del avión antes de estrellarse, salvándose de la explosión. De momento se han reportado más de 50 fallecidos. El avión era una de las últimas incorporaciones del Ejército filipino, y la zona del suceso cuenta con una gran actividad yihadista.