El pasado 23 de mayo, un Boeing 737 de Ryanair que cubría la ruta entre Atenas (Grecia) y Vilna (Lituania), fue forzado a aterrizar en Minsk (Bielorrusia) por una supuesta amenaza de bomba. A bordo viajaba el periodista Román Protasevich, crítico con el régimen dictatorial de Lukashenko (formalmente, el último dictador de Europa), que fue detenido nada más poner pie en suelo bielorruso. Este acto de piratería aérea fue condenado por la Unión Europea, prohibiendo a cualquier avión bielorruso sobrevolar territorio europeo. También la gran mayoría de aerolíneas están evitando sobrevolar territorio bielorruso.
Los vuelos de Belavia (aerolínea de bandera de Bielorrusia) hacia o desde aeropuertos de la UE han sido cancelados, no así el resto. Una de las rutas más afectadas fue Minsk - Enfidha (Túnez), que normalmente se realiza en 4 horas, sobrevolando Ucrania y entrando en espacio aéreo europeo, rumbo directo a Túnez. Con la prohibición, el vuelo B29317 del pasado 1 de junio, se vio obligado a bordear el mar Negro por Rusia (Ucrania también ha prohibido sus vuelos), sobrevolar el Bósforo y llegar a Túnez pasando por Grecia (que teóricamente también ha vetado sus vuelos). En definitiva, 2 horas más de ruta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario