El 26 de enero de 1972, un DC-9 de la compañía yugoslava JAT Airlines, cubría la ruta Estocolmo - Copenhagen - Zagreb - Belgrado. Tras la escala en Dinamarca, y el cambio de tripulación, la aeronave despegaba rumbo a Croacia con 28 personas a bordo. 45 minutos después del despegue, cuando entraban en espacio aéreo checoslovaco, una explosión partió el avión en dos.
Los dos trozos se estrellaron cerca de Srbská Kamenice, muy cerca de la frontera con Alemania (en aquel momento, Alemania Oriental). Cuando un vecino, Bruno Honke, llegó a la zona del accidente, entre restos y cuerpos, se encontró que una de las azafatas, Vesna Vulovic, seguía viva. Gracias a que fue médico durante la Segunda Guerra Mundial, pudo atenderla hasta que vinieron los servicios de emergencia.
Tras una proceso de recuperación en Praga, Vesna (de 23 años entonces, fallecida en 2016) se convirtió en la persona que había sobrevivido a una mayor caída (concretamente, 10000 metros); arrebatándole el título a un piloto soviético que había sobrevivido a 6700 metros de caída.
Según la versión oficial, una bomba de un grupo independentista croata (Ustacha), había explotado en la bodega delantera del avión, partiéndolo en dos. Pero, ¿realmente fue así?
A los poco días, la prensa se hizo eco de que el avión había descendido y cambiando de ruta, probablemente por algún fallo técnico. Entonces, había sido detectado como una amenaza por el rádar militar, siendo derribado por un misil tierra-aire o un caza. Cerca, se encontraba una base con misiles nucleares soviéticos, y cerca el secretario general soviético Leonid Brézhnev estaba de visita de Estado. A lo largo de los años, esta teoría se ha visto reforzada. A pesar de ello, Vesna sigue conservando su récord, según el "Libro Guinness de los Récords".
Un secreto más de los muchos que ocurrieron, al otro lado del "Telón de Acero".
Información en ABC.es
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