A pesar de sus dos aviones, sus rutas eran muy variadas, como podéis ver (imágenes cedidas por Airline-Memorabilia).
Pero la tragedia sobrevino una mañana nebulosa de otoño del 1998.
Se activaron las alarmas. Unidades de Protección Civil, Bomberos y voluntarios de la Asamblea Provincial de Cruz Roja, la Guardia Civil y la policía de Melilla, se trasladaron Boumahfouda, aldea cercana al lugar del accidente.
Se encontraron la desolación: el avión destrozado e incendiado, restos del catering e instrucciones del seguridad esparcidas en el perímetro, olor a plástico y a carne quemada...en fin, un paisaje dantesco.
En el aeropuerto de Málaga y Melilla los familiares se acumulaban esperando noticias. Hasta que al mediodía, se confirma. "El avión se ha estrellado contra una colina a 20 Km. de Melilla". Llantos de tristeza y de felicidad (aquellos que por algún motivo no habían cogido el vuelo) llena las terminales.
38 personas perdieron la vida en el accidente, cuyos cadáveres fueron recuperados y llevados a una improvisada morgue en la Lonja de Melilla para su identificación.
Al velatorio de las víctimas melillenses acuden los duques de Palma, y los representantes de las 4 religiones de Melilla.
La pérdida de uno de los dos aviones, junto al acumulamiento de deudas hizo que la compañía quebrase, solo dos meses después del accidente.
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