Aterrizar un avión no es fácil: descender el avión, alinearlo con la pista, mantener la velocidad adecuada y tocar tierra de forma que la estructura no se vea resentida. Si a esto se le suma viento cruzado o baja visibilidad, la cosa se complica aún más.Pero, ¿cuál es el modelo de avión más difícil de aterrizar? Pues este honor corresponde al Lockheed U-2, un avión espía concebido en plena Guerra Fría (1957). Este avión tiene varias características:
- El diseño de sus alas le permite despegar a baja velocidad (130 Km/h);
- Debe volar a bastante altitud para no ser detectado por el enemigo (21000 metros);
- A esa altura, la diferencia entre su velocidad máxima y la velocidad de pérdida es de tan solo 18 Km/h;
- Dispone de cámaras de elevada resolución diseñadas por Polaroid.
Entre los momentos claves de la historia de este avión, unas fotos que desvelaron que los soviéticos estaban construyendo una base de misiles en la isla de Cuba, ocasionando la crisis de los misiles cubanos de 1962.
Pero, ¿por qué este avión es tan difícil de aterrizar?
Primero, porque está diseñado más como un planeador que como un avión normal, con alas muy grandes en comparación al resto de la aeronave, lo que lo hace muy sensible a vientos cruzados.
También, para reducir el peso de la aeronave, sus trenes tienen configuración de bicicleta y no de triciclo, con un tren en el centro de la aeronave y otro pequeño en la cola. Por ello, el morro del avión debe estar especialmente inclinado hacia arriba en el momento del aterrizaje, impidiendo la visibilidad del piloto. Para ayudarle, un coche recorre la pista durante la maniobra, indicando al piloto la altura que le queda y la posición del avión.
Finalmente, cuando se detiene, del coche bajan personas cuya función es evitar que las alas toquen el suelo, hasta que finalmente le ponen una pequeñas ruedas o "ruedines", que le confieren estabilidad en tierra.
En este video podéis ver la maniobra desde el coche - asistencia:
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