Per-Erik Jonsson (de 63 años) y su hijastra Billie Appleton (enfermera), ambos suecos, viajaban en un vuelo de Ryanair entre Inglaterra y Suecia. En pleno vuelo, Per-Erik sufre un infarto y la tripulación le ofrece un sándwich y un refresco. Cuando su hijastra consigue que vuelva a respirar, una de las auxiliares de vuelo se acerca y le entrega la factura.
Su familia ha denunciado la falta de atención por parte de la tripulación, y la aerolínea se defiende afirmando que la obligación de la tripulación es que cuando llegue al aeropuerto haya una ambulancia esperándole. Sin embargo, según afirma la familia, no había ninguna ambulancia a su llegada.
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