La tranquilidad del aeropuerto Benito Juarez (México D.F.) se vio interrumpida cuando un B737 de AeroMéxico presuntamente secuestrado aterrizó en sus instalaciones.
Los secuestradores pidieron ver con el presidente Felipe Calderón, pues amenazaba con hacer estallar bombas.
Horas después, los agentes se hicieron con el control de aparato y reducieron a los asaltantes.
Luego se descubrió el el jefe de los secuestradores era un pastor evangélico y que lo único que quería era llamar la atención y las "bombas", un bote de zumo con arena y luces.
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