Empezamos el año con el derribo accidental por parte de un misil, de un Boeing 737 de Ukraine International. Despegaba de Teherán, con 176 personas, en unos días de tensión entre Irán y Estados Unidos. Al principio, el desmentido; después, las pruebas (y en este caso videos), que no dejaban duda de que el Boeing fue derribado por las defensas antiaéreas de Teherán.
Puede parecer que este tipo de sucesos solo ocurren en zonas de conflictos, pero zonas "en calma" como puede ser el Mediterráneo occidental (el mar que limita España, Francia e Italia) en tiempos de paz, también han vivido dos accidentes de esta naturaleza.
De uno de ellos ya hablamos hace años en el blog, el vuelo 870 de Itavia, que se estrelló en el mar Tirreno en 1980. Las causas están oficialmente disputadas, aunque hay evidencias claras de que fue derribado por un misil.
El otro ocurrió antes, un 11 de septiembre de 1968. Un Caravelle de Air France volaba de Ajaccio (Córcega) a Niza, con 95 personas a bordo. El trayecto era corto, media hora, y cuando se estaban acercando a la Francia continental, el avión se estrelló contra el Mediterráneo, sin supervivientes.
Cuatro años después, salió el informe oficial, que declaraba como causa del accidente un fuego en los baños traseros. Pero, ¿por qué iba alguien fumar en el baño, cuando en esa época se podía fumar en todo el avión? ¿Por qué la tripulación auxiliar, cuya zona de trabajo estaba al lado del baño, no olió ni detectó el humo? ¿Por qué los extintores recuperados del baño no estaban activados?
Por otra parte, cerca de donde de estrelló el Caravelle, en las islas de Levante (cerca de Saint -Tropez) había aviso de prácticas militares, con tiros tierra-aire. Al mismo tiempo, a 100 Km de allí, en la base aérea del Monte Agel (en la frontera Francia - Mónaco), un equipo de televisión grababa un reportaje sobre esas prácticas, cuando se oye de fondo: "Lo hemos perdido". El equipo fue visitado días después por agentes del servicio de inteligencia francés, que se llevaron las grabaciones y la devolvieron semanas después, pero ahora sin el registro de esa voz.
La teoría de los familiares es que un misil, atraído por la temperatura de los reactores, había derribado el avión. Los motores nunca fueron encontrados. Es más, tres días después, casi ocurre algo parecido a otro Caravelle que hacía la ruta Marsella - Tunez, y que se libró por segundos. Macron ha pedido levantar el secreto.
Información en ElMundo.com
Información en TheGuardian.com
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