
El resultado: el avión boca abajo descendiendo 2 kilómetros en 30 segundos. El piloto consigue estabilizar el avión, y todos tan contentos.
El avión no solo experimentó el riesgo de estrellarse contra el mar, sino también de que su estructura no resistiese la fuerza y de partiera. Lo más curioso de todo: los pasajeros molestos porque llegaron con 3 horas de retraso. Ver para creer.
Información en ElMundo.es (y video de la simulación)
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