21 oct 2010

La línea recta no es siempre el camino más corto...

El camino más corto entre dos punto es la línea recta que los une. Ejemplo: el camino más corto entre la esquina A de un papel y la esquina B del mismo; es una línea recta trazada con extremo A y B.

Esto es cuando nos referimos a geometría plana, es decir, sobre el papel. Ya en la vida real eso no es así, pues al vivir en una esfera casi perfecta (la Tierra) tendremos que aplicar la geometría esférica.

En ella, la línea recta no es el camino más corto, sino una línea curva con extremos en los destinos. El grado de la curva lo indicará la distancia y la diferencia de paralelos que hay entre los dos puntos.


Pongamos un ejemplo. Un piloto quiere ir con un avión privado (algo sencillito, un A380) desde Madrid a su pueblo, Rota. Para ello, con ayuda de Great Circle Mapper, calcula la ruta entre Barajas y Jerez. La ruta más corta es la "línea recta" que se indica en este mapa. A simple vista no vemos nada raro.
Una saludada la familia, pone rumbo a Nueva York, porque quiere visitar la Estatua de la Libertad y spottear un poco en JFK. Calcula la ruta, y le da como resultado una línea con un curvatura considerable.
Siete horas después (sin apretar mucho y con viento en cola) aterriza en Nueva York, y tras pasar la noche, quiere visitar la ópera de Sydney. Calcula de ruta en su portátil, y en el resultado notamos algo raro: la curva sube para luego bajar. Cansado de tanto volar, pone rumbo a Madrid, y en el resultado vuelve a ocurrir lo mismo.


Vemos que con la herramienta que se facilita, y que calcula la ruta más corta entre dos aeropuertos, nunca el camino más corto entre dos puntos es la línea recta; aunque la curvatura de la línea sea mínima.

Aunque aplicado a la aviación, casi nunca se sigue esa línea: por congestión en el tráfico aéreo, meteorología adversa, espacio aéreo protegido...se desvía la ruta un poco.


Información en el blog de Iberia

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